Uno de los primeros objetivos para los latinos que de pronto tomaron la decisión de establecerse en éste archipiélago fue aprender el difícil idioma japonés, ya que no se dieron el tiempo de conocer algo de su cultura, al menos lo básico que les ayudara a comunicarse con sus nuevos interlocutores. El inicio fue algo accidentado, cada quien optaba por el sistema de aprendizaje que mejor se acomodaba a su capacidad intelectual o disponibilidad de tiempo.
En los años 90 cada contratista contaba como asistente con un traductor, quien se convertía en un personaje importante entre la fábrica y nosotros…
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